Panamá vivió hace 2 años la mayor
crisis hídrica registrada en su vida republicana, grandes cantidades de lluvias
cayeron en la provincia de Panamá por más de 50 horas seguidas, sobrepasando
todos los registro que se tenían anteriormente en la región. Los principales ríos llegaron a niveles inimaginables, dando como resultado inundaciones,
muertes, daños en infraestructura, grandes pérdidas monetarias y un hecho
histórico para el país: Por 1° vez el Canal de Panamá anuncia su cierre por
motivo climático (2° vez en vez de manera general, siendo la invasión del
ejército americano el primer cierre).
La Purísima (nombre dado al evento, debido a que ocurrió 5 días antes del día de las madre) es un fenómeno natural que se da cada 200 años y que no tiene
culpables directos, ni el gobierno, ni las construcciones aledañas a sus ríos, son
los responsables y contrario a lo que dicen muchos “ambientalistas”(sin ningún estudio
que los respalde), este fenómeno tendría las mismas repercusiones, con o sin intervención
humana en la región.
Los desastres naturales tienen
algo en común: los efectos que dejan después de que ocurren, tiende a ser peor
que el mismo desastre en sí, y Panamá no fue la excepción a esta realidad. La
cantidad de deslizamientos que se dieron en 3 días, represento lo que
normalmente se calculaba en 10 años y esta carga de sedimento que se desprendió
durante la tormenta a los lagos que
alimentan la Potabilizadora de Chilibre (que abastece casi el 70% de la
población capitalina) elevo el nivel de
turbiedad hasta 135 UNT que luego de procesada, el agua salía con 7 UNT, siendo
no apta para consumo humano; Mientras que la Potabilizadora de Miraflores que
es operada por el Canal de Panamá, llego a tener entrada de agua cruda de 187
UNT(por su posición geográfica, Miraflores tiende a recibir mayor carga
contaminante que Chilibre) y luego de procesada, el nivel de turbiedad se
reducía a 0.2 UNT.
Siempre es bueno recordar que históricamente
el agua de nuestro país ha estado entre los niveles de calidad más altos
internacionalmente, por esa razón se adopto 1 UNT como máximo nivel permisible para
consumo humano.
Después de un desastre de esta
magnitud, se espera que luego de 2 años, se haya tenido tiempo suficiente de
estudiar y evaluar el problema, buscar alternativas de solución y finalmente,
ejecutar el plan de acción…lamentablemente, se ha avanzado nada o muy poco en
este aspecto y la prueba está en que todos los días nos levantamos con la
incertidumbre si hoy podremos bañarnos para ir a trabajar y es cada vez más
común ver en los noticieros, comunidades que reciben agua “potable” con
tonalidades sospechosas…pese a que las autoridades dicen que no es nada grave y
se puede beber ( “El agua no debe tener olor, color o sabor…” Organización
Mundial de la Salud).
Tenemos 2 plantas potabilizadoras,
tomando agua en puntos geográficamente próximos, en condiciones muy parecidas
(aunque por el tránsito de buques del Canal y la posición geográfica,
Miraflores recibe agua cruda en peor estado que Chilibre) pero en cambio, Miraflores
logro enfrentar los efectos que causo La Purísima, mientras que Chilibre
colapso a tal punto, que el Gobierno se vio en la necesidad de pedir ayuda a
Costa Rica.
Para que una planta
potabilizadora logre operar de forma óptima es necesario que se tenga al mejor personal
calificado del país, especializado y capacitado para enfrentar cualquier
problema que se pueda detectar durante la operación. El abastecimiento de agua
potable es un tema muy delicado, donde el factor político no debe hacer parte, ingresar
a la institución encargada de esta responsabilidad debe ser únicamente por méritos laborales y académicos (postgrados, maestrías, doctorados, etc.), nunca
por favores políticos.
Un tema muy importante que debe
tener en cuenta el personal encargado del monitoreo de la calidad del agua, es
que se sigan los protocolos de seguridad, donde cada 15 minutos se tomen
muestras del liquido para el análisis. Este personal debe tener no solo el
conocimiento práctico, sino también el teórico, de forma que este idóneo para
hacer cualquier ajuste químico que se necesite en la potabilización. El mismo
cuidado tienen que tener los técnicos encargados de la limpieza de las tinas de
la planta, utilizando la metodología de forma estricta.
El manejo de una planta
potabilizadora se debe dar de forma orgánica, donde químicos, mecánicos,
técnicos e ingenieros trabajen de forma sinérgica, liderados por un ingeniero
sanitario-ambiental, con amplia experiencia en el campo de los recursos hídrico
y liderazgo en equipo, además de los estudios que lo respalden como una
eminencia en el área.
Para no entrar en detalles de
diseño y no hacer este post tan complicado, podemos resumir que la
infraestructura de una planta potabilizadora consta de 3 procesos: Aireación,
donde se va tratar la calidad física del agua cruda; Aplicación de Químicos,
donde se van a eliminar todos los microorganismos patógenos; Filtración, que es
el punto para retirar los sólidos suspendidos del líquidos.
Los canales de los sedimentadores
deben ser los ideales para que el proceso de sedimentación ocurra de manera
exitosa, tomando en cuenta la pendiente y principalmente la arquitectura. La
cantidad de sedimentadores va a depender del volumen de agua que se pretende
recibir diariamente. Los diseños deben estar aprobados y revisados por las
instituciones responsables y a la vez, estar al alcance de cualquier persona
natural o jurídica, que quiera conocer sobre la construcción de la planta.
Parte esencial de una planta, son
los insumos que se van a necesitar para purificar el agua y buscar su mejor
calidad, estos son:
- Carbón Activado: se utiliza para eliminar los olores y sabores del agua cruda.
- Sulfato de Aluminio (Alumbre): Su función es abatir las partículas en suspensión generadores as de turbiedad.
- Cloro: Elimina las bacterias y cualquier microorganismo que esté presente en el agua.
- Floruros: es utilizado para ayudar en la salud dental de la población.
Todos estos insumos deben estar
en stock, de forma que cualquier inconveniente de entrega por parte de los
proveedores no afecte el funcionamiento de la planta.
Tenemos que recordar que el Río
Chagres representa para los panameños, lo que el Río Nilo es para los egipcios
y por esa razón, la preservación en esta fuente, tiene que ser un tema se
seguridad nacional. El monitoreo
constante de los ríos donde se realiza las toma de agua cruda, tiene que hacer parte del trabajo diario de
la institución encargada de suministrar agua a la población. De esta forma se
podrá tomar las medidas necesarias, cuando se perciba una reducción en la
capacidad de captación y embalse de los ríos, producto de las escorrentías y
erosiones.
La necesidad de tener una policía
ecológica encargada de custodiar las cuencas, ríos y lagos más importantes para
la toma de agua potable, debería ser estudiada por las autoridades, ya que es
una forma de garantizar que no se arrojen elementos no deseados y que pueda
representar un gran problema a la Ciudad (por ejemplo, una empresa que arroje alguna
sustancia peligrosa como algún agroquímicos o Arsenio).
Personalmente me preocupa la
falta de sensibilidad y concientización por parte de la población luego que el
problema se “soluciona”, ya que la ciudadanía tiende a pasar la pagina y
regresar a la cultura del despilfarro de agua. En un país rodeado por los dos
mayores mares y ríos en cada rincón de la geografía, comprar agua embotellada
Perrier para matar la sed, es indigno y un insulto.
Hay recordar que el problema no
se ha solucionado y seguimos viviendo la crisis del agua potable, dos años
después y La Purísima quedo en el olvido. La sociedad y el gobierno deben enfocar
su atención y preguntarse si se da otro evento de igual magnitud, hoy día,
¿Estamos preparados para enfrentarlo?
Feliz Navidad y Prospero Año
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